domingo, 11 de mayo de 2008

No necesito paracaídas.



Hace poco escuche la Historia de Charles Plumb, piloto de de la fuerza aérea de Estados Unidos durante la Guerra de Vietnam, voló aproximadamente 47 misiones exitosas pero en la número 48 fue derribado, saltó en paracaídas y estuvo preso dos años en Dan Ann; a la fecha se dedica a contar su experiencia de supervivencia y voluntad. En una ocasión en una cafetería en Atlanta un hombre le dijo – ¿Usted es el piloto Charles Plumb verdad?- a lo que respondió –Claro ¿pero cómo me conoce?- -Pues yo amarré su paracaídas aquella vez que derribaron su avión, parece ser que a funcionó- -¡Si y muy bien!- Respondió Charles.

Esa noche Charles no pudo dormir pensando en el suceso de ese día, aquel hombre le había salvado la vida, y nunca lo vio en el porta-aviones, era un simple marinero y Él un arrogante piloto. Desde entonces y a la fecha Charles inicia sus conferencias preguntando, -¿Quién amarró hoy tu paracaídas?-

He estado reflexionando mucho esta historia y en todas esas personas que tantas veces han amarrado mi paracaídas, hay una en especial que estuvo constantemente amarrándolo, el Padre Carlos que en paz descase, pero más que eso, Él desde siempre y aún hoy se encarga de que no derriben mi avión.
Ab Imo Pectore amicus

Jorge Miguel Arrieta Torres