Claros, descarados, mediáticos y puntuales
han sido las agresiones y vejaciones al Ejército Mexicano… Los supuestas
violaciones a derechos humanos, las distintas y manifestaciones en Batallones
en Guerrero, la retención de tropas también en Guerrero y Michoacán, los
incidentes fortuitos y de suerte cuando los grupos delictivos atacan al
personal, y la más reciente: el “desalojo” en
Oaxaca del militares que resguardaban boletas electorales, mismo que se
ve encabezado por tres féminas que con sus alaridos parecen la Guayaba, la Tostada
y alguna otra borracha.
<< El agredir y trata de someter a
las fuerzas armadas es indispensable para eliminar el concepto de nación
>> (Lydon H. Larouche) Es claro que después de burlarse y menospreciar
imágenes institucionales como el presidente, los diputados, secretarios de
estado e íconos del sistema de gobierno, el Ejército Mexicano es un ente clave
para lograr debilitar la imagen de autoridad, fuerza de orden, y sobre todo de
identidad nacional qué debe predominar en un país. Además pone de manifiesto la
falta de carácter y terror al costo político de nuestro poder ejecutivo.
Afortunadamente una institución única en
presumir cien años de lealtad, con acciones catalogadas por la historia de
valerosas y heroicas (todas comprobadas) no se ha visto afectada, al contrario,
tras los sucesos y exposiciones mediáticas los agresores del ejército sólo
logran el repudio público y el desprecio como organización o comunidad.
Me despido enviando mi respeto y admiración
a los elementos que en Oaxaca demostraron y dieron un valioso ejemplo de
mesura, paciencia y sentido de consecuencias posibles. A los barbajanes que los
agredieron les digo… No confundan las cualidades mencionadas con temor o
sumisión.
Jorge Miguel Arrieta Torres
Jorge Miguel Arrieta Torres
No hay comentarios:
Publicar un comentario