jueves, 4 de junio de 2015

El intento de destrucción sistemática del Ejército Mexicano.



     Claros, descarados, mediáticos y puntuales han sido las agresiones y vejaciones al Ejército Mexicano… Los supuestas violaciones a derechos humanos, las distintas y manifestaciones en Batallones en Guerrero, la retención de tropas también en Guerrero y Michoacán, los incidentes fortuitos y de suerte cuando los grupos delictivos atacan al personal, y la más reciente: el “desalojo” en  Oaxaca del militares que resguardaban boletas electorales, mismo que se ve encabezado por tres féminas que con sus alaridos parecen la Guayaba, la Tostada y alguna otra borracha.

    << El agredir y trata de someter a las fuerzas armadas es indispensable para eliminar el concepto de nación >> (Lydon H. Larouche) Es claro que después de burlarse y menospreciar imágenes institucionales como el presidente, los diputados, secretarios de estado e íconos del sistema de gobierno, el Ejército Mexicano es un ente clave para lograr debilitar la imagen de autoridad, fuerza de orden, y sobre todo de identidad nacional qué debe predominar en un país. Además pone de manifiesto la falta de carácter y terror al costo político de nuestro poder ejecutivo.

   Afortunadamente una institución única en presumir cien años de lealtad, con acciones catalogadas por la historia de valerosas y heroicas (todas comprobadas) no se ha visto afectada, al contrario, tras los sucesos y exposiciones mediáticas los agresores del ejército sólo logran el repudio público y el desprecio como organización o comunidad.


   Me despido enviando mi respeto y admiración a los elementos que en Oaxaca demostraron y dieron un valioso ejemplo de mesura, paciencia y sentido de consecuencias posibles. A los barbajanes que los agredieron les digo… No confundan las cualidades mencionadas con temor o sumisión.

Jorge Miguel Arrieta Torres

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